Cuanto más personas experimentan el cambio climático, o incluso escuchen sobre tormentas e incendios forestales, más se espera que afecte a su bienestar mental.
Algunos expertos en salud mental han empezado a prepararse para el tsunami de necesidades que algunos líderes anticipan en los próximos años.
Un pequeño grupo de estudiantes de secundaria de los alrededores de Pittsburgh colocaron sillas en círculo en el patio exterior del Conservatorio y Jardín Botánico Phipps para una reunión mensual de acción climática, organizada por Communitopia.
Cada estudiante expresó sus propias razones para involucrarse, como Claire Bertolet, estudiante de noveno grado en la escuela de secundaria Pittsburgh Allderdice, “Me temo que la vida no será como es hoy, y no vamos a vivir tan cómodamente ,” expresó. “En el futuro será demasiado tarde y no vamos a tener tiempo para actuar”.
Algunos expresaron su preocupación por la justicia social y medioambiental, otros por el impacto de las grandes empresas en el clima.
Malcolm Kurtz, alumno de tercer año de Allderdice, es un ávido excursionista y observador de aves. “Estoy realmente preocupado por cómo las especies se ven afectadas por el cambio climático”, comentó. Kurtz encuentra sentido en el trabajo climático, mientras que Ava DiGiacomo, estudiante de segundo año en la escuela de secundaria North Allegheny, dijo que el estado del mundo a veces la hace sentir impotente.
“Este verano comencé a pasar mucho más tiempo al aire libre, y hubo momentos en los que simplemente me sentaba y pensaba: ‘Este mundo es tan hermoso y se está arruinando lentamente’”, dijo. “Y a veces siento que, personalmente, no puedo hacer nada que realmente vaya a generar un gran cambio. Y eso no es un sentimiento fácil de manejar”.
Pero ellos están creando una comunidad en torno a la acción climática, para no tener que hacerlo solos. La noche que se reunieron a principios de octubre, algunos acababan de asistir a una marcha por el clima y el grupo había organizado un evento ciclista llamado Pedal-Topia.
Rebecca Carter, estudiante de tercer año del CAPA 6-12 de Pittsburgh, aprecia la comunidad que ellos están creando. “Cosas como Pedal-Topia, donde podemos reunirnos y hacer algo en la naturaleza como grupo de activistas puede ser realmente útil y catártico”, dijo.
Necesidad de terapeutas concienciados con el clima
La Dra. Elizabeth Haase, presidenta del comité de cambio climático de la Asociación Americana de Psiquiatría, cree que los estudiantes como estos van en el camino correcto. Los sentimientos de ansiedad, pena y añoranza por lo que se ha perdido en el medio ambiente, y la preocupación por lo que ocurrirá en el futuro con el cambio climático, son cada vez más pervasivos, según Haase.
Ella forma parte de un grupo cada vez más numeroso de profesionales de la salud mental que abogan por una mayor concienciación sobre el clima entre los consejeros. Haase también forma parte del comité directivo de la Alianza de Psiquiatría Climática, la cual está creciendo. “Creo que en cinco años hemos pasado de ser un grupo de siete u ocho personas a tener 240 miembros”, dijo. El grupo cuenta con un directorio de profesionales de la salud mental concienciados con el clima
Según Haase, tratar la ansiedad climática no es lo mismo que los trastornos de ansiedad clínicos. “Es un animal diferente, una respuesta diferente cuando te enfrentas a un problema del mundo real”, dijo.
Ella lo compara con el tratamiento de alguien con claustrofobia. Ella animaría a esa persona a enfrentar su miedo y pasar tiempo en espacios cerrados, como un vagón del metro.
“Esa no es una respuesta apropiada cuando el vagón del metro está en llamas, ¿verdad?” Haase preguntó. “El metro está en llamas. No quieres sentarte ahí y dejar que el miedo te invada. Quieres empezar a hacer cosas”.
Cuando sus pacientes expresan su preocupación por los desastres naturales, el cambio climático y el colapso ecológico, les aconseja que busquen formas de hablar con sus familiares y amigos sobre el tema y también que actúen: que se unan a un grupo sobre el clima, que escriban a su congresista local o que empaquen fotografías y pertenencias importantes en una mochila de emergencia.
“Incluso el simple hecho de hacer algo así te da una mayor sensación de control y crea un espacio más seguro en el que estar cuando está sucediendo algo malo”, dijo Haase.
Un llamado a los terapeutas para capacitar a otros
El Dr. Gary Belkin, excomisionado de salud adjunto de la ciudad de Nueva York y fundador del Billion Minds Institute, que se centra en los aspectos sociales del cambio climático, quiere que la comunidad de salud mental comience a actuar rápidamente.
El desde ya ve más necesidades de salud mental que terapeutas disponibles, y el cambio climático -el calor, las sequías y los incendios forestales, y el estrés de fondo general que causa- va a empeorar la situación.
” Realmente tenemos que mejorar la forma de replantearnos cómo podemos llegar a un montón de gente de todo ese espectro, y la única manera de hacerlo es reclutando a las comunidades para que participen en ello”, dijo Belkin.
Belkin encabezó un programa en Nueva York en el que profesionales de la salud mental formaron a empleados de guarderías, iglesias y programas para jóvenes en riesgo, lugares que él denomina la primera línea de la salud mental.
“Capacitamos a ese personal en la detección de la angustia y la enfermedad, en las habilidades básicas de asesoramiento”, dijo. “Tenemos que diseñar las cosas para que no tengan que buscar cuidado o apoyo. Te topas con eso. Y eso es realmente lo que tenemos que aspirar”.
Iniciando esfuerzos para expander la atención climática en Pittsburgh
Un grupo que está al frente en Pittsburgh, está comenzando a observar el cambio climático y la salud mental: el Homewood Children’s Village. Cuenta con seis defensores que se mantienen en contacto con 300 miembros, incluidas más de 100 familias, según el director ejecutivo de la organización sin fines de lucro, Walter Lewis. Se informan regularmente sobre educación, economía, alimentación y salud, incluida la salud mental.
“Probablemente,unos tres o cuatro años atrás, nunca se me habría ocurrido pensar en algunos de los tipos de trauma y los impactos del cambio climático en la salud mental”, dijo.
Se espera que las comunidades desfavorecidas como Homewood experimenten peores impactos climáticos que sus vecinos más ricos. Lewis considera ahora que los elevados índices de inundación de sótanos y de asma infantil del vecindario están potencialmente relacionados con el clima. Por eso, aunque sus defensores no son profesionales de la salud mental, Lewis dice que puede concienciarlos sobre lo traumático que puede ser este tipo de incidentes para sus clientes.
“La gente es ahora más empática al saber que: ‘Oye, acabamos de tener una ola de calor, estas son algunas cosas en las que quizás quieras pensar cuando hables con tus familias o con los niños con los que trabajas’”, afirmó.
Un nuevo enfoque: la terapia comunitaria
A medida que aumenta el número de personas que informan de ansiedad y estrés en torno al cambio climático, otros en Pittsburgh están tratando de ampliar la atención de salud mental disponible.
El Dr. Ken Thompson, psiquiatra comunitario del Centro Médico Squirrel Hill de Pittsburgh, y su hija Alice Thompson, estudiante de cuarto año de medicina, han estado trabajando para llevar la Terapia Comunitaria Integrada (Integrated Community Therapy) a Estados Unidos a través de su Visible Hands Collaborative.
Actualmente sus sesiones gratuitas se realizan virtualmente dos veces por semana.
Un facilitador capacitado dio la bienvenida a más de una docena de personas a una reciente sesión virtual del martes por la noche, utilizando una técnica practicada en Brasil durante 27 años, en la que grupos presenciales de hasta 200 personas se reúnen para compartir sus experiencias, aprender unos de otros y tratar gradualmente los problemas de sus familias y vecindarios.
“Los objetivos de este método son ayudar a las personas a aprender a expresarse y a tener una especie de alfabetización emocional, a hablar de sus sentimientos y a ayudar a las personas a desarrollar un sentido de empatía entre ellos”, explicó Ken Thompson.
Los facilitadores reciben capacitación durante meses, no tardan años como los profesionales de la salud mental. Ahora hay unos 40.000 facilitadores en Brasil, así como en otros países, y los Thompson están empezando a formar facilitadores en Estados Unidos.
“Tener un espacio seguro que se mantenga en el tiempo va a ser realmente útil, especialmente a medida que el cambio climático avanza”, dijo Alice Thompson. “Permitirá a la gente conectarse no sólo sobre su trauma, sino también externamente para que puedan apoyarse mutuamente de otras maneras”.
Su padre continuó: “Se convierte en un pegamento realmente poderoso, y siento que necesitamos mucho pegamento en esta sociedad… para mantenernos unidos”, dijo.
En nuestra sociedad polarizada, esfuerzos como este están comenzando a ayudar a más personas a volver a aprender a hablar con los demás, a ver su humanidad compartida, y con suerte, a reconstruir parte del tejido comunitario que se ha separado. Porque a medida que el clima empeora, las personas se van a necesitar unas a otras.
Fotografía del encabezado: La huelga estudiantil por el clima del 24 de septiembre de 2021 en Pittsburgh atrajo a más de 150 jóvenes. Los expertos dicen que este tipo de acción puede ayudar a las personas que están ansiosas por la crisis climática. (Crédito: Julie Grant / The Allegheny Front)