La EPA anuncia normativas más estrictas para prevenir incidentes químicos

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HOUSTON — El 1 de marzo, la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU (EPA, por sus siglas en inglés) actualizó las reglas que rigen los Plan de Gestión de Riesgos con normativas más estrictas para la prevención de accidentes con sustancias químicas.


Se estima que un incidente con sustancias químicas ocurre cada dos días en los EE.UU. y nuestro cubrimiento anterior demuestra que impacta desproporcionadamente a las comunidades Latinas en Texas. El estado sufre más desastres químicas que cualquier otro: 49 incidentes en 2023, de los cuales, 26 ocurrieron en el área de Houston-Galveston.

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Las normativas actualizadas fueron propuestas en 2022 y firmadas el 27 de febrero de este año, con la esperanza de “proteger comunidades vulnerables a los incidentes con sustancias químicas, especialmente a quienes viven cerca de instalaciones en sectores industriales con altos índices de accidentes”, según la EPA. La primera versión de la regla de Plan de Gestión de Riesgos se publicó en 1996, y regula casi 12.000 instalaciones en los EE.UU. que fabrican, usan o almacenan sustancias químicas.

La nueva norma es el resultado de varias reuniones organizadas por la EPA en las que la industria, activistas, científicos y residentes de la primera línea expresaron sus preocupaciones. De acuerdo con la normativa, las instalaciones que manipulan materiales peligrosos deben tener en cuenta en sus planes de gestión de emergencias tecnologías y prácticas más seguras, así como la posibilidad de que se produzcan incidentes causados por el cambio climático. Cuando un accidente químico ocurre, la instalación tendrá que someterse a pruebas de terceros para averiguar la causa raíz y qué podría haberlo evitado. Cualquier desconexión o desactivación de los monitores de aire en caso de emergencia constituye una infracción de esta norma y deberá notificarse a la EPA. Por ello, ordena el estudio de opciones de respaldo de electricidad para evitar interrupciones en las lecturas de emisiones en caso de que se produzca una pérdida de la corriente eléctrica.

Además, para aumentar la transparencia respecto a estas instalaciones, la EPA ha puesto en marcha la herramienta de datos del Plan de Gestión de Riesgos, en la que el público puede identificar las instalaciones químicas de alto riesgo de su zona.

“En este punto, es información que hemos pedido durante décadas”, dijo a Environmental Health News (EHN) Maya Nye, directora de política federal de la organización Coming Clean. “Y creo que es una gran victoria, porque las comunidades tienen derecho a saber qué instalaciones y peligros hay en [su] patio trasero”. Coming Clean es una red de 150 organizaciones de todo el país, entre ellas grupos activistas, de expertos e investigadores en salud ambiental que abogan por instalaciones químicas más seguras.

De momento, la herramienta sólo se ha lanzado en inglés.

“Aún hay margen de mejora”, dice Nye.

El expresidente Obama firmó una orden ejecutiva pidiendo a la EPA que actualizará el Plan de Gestión de Riesgos después de que en abril de 2013, una planta de fertilizantes explotara en West, Texas. Los nuevos requisitos se publicaron en enero de 2017, justo antes de que Donald Trump asumiera la presidencia. Como resultado, “las disposiciones clave se pusieron en pausa, y la mayoría nunca entraron en vigor”, según la EPA. En 2019, la administración Trump redujo y eliminó medidas propuestas en la norma de Obama.

Nye cree que no será tan fácil desregular la norma si un nuevo presidente asume el cargo en 2025.

“La razón por la que [la norma] se revirtió bajo la administración Trump… fue porque ocurrió muy tarde en la administración Obama y eso provocó una revisión del Congreso“, dijo Nye. “Pero para este período de tiempo, estamos bastante seguros de que la regla ha tenido suficiente tiempo para evitar ser considerada de la misma manera”.